LOS VIEJOS (rockeros) NUNCA SE HACEN VIEJOS

Estamos de estreno. Uno detrás de otro. Siniestro Total, Loquillo...o aprietan las deudas o se desborda tanto talento contenido. ¡Pero si llevan 30 años cantando!Unos llegan con Que parezca un accidente...tranquis, troncos. Desde mi hambriento punto de vista el disco es más yuju que los demás. Yuju porque suena a lo mismo (ah vanguardia, decíamos.), a reencuentro en la oscuridad con uno mismo, de ajuste de cuentas con los éxitos veintegenarios y puesta al día. Graciosetes, cabroncetes, abueletes que se preguntan dónde van(a estas alturas).
¿Y el otro? Ay el otro. Desde que firmó el divorcio con los trogloditas le han crecido las patillas. Balmoral es casi lo único que no es recopilatorio. El tipete parece que esté pidiendo, sin conseguirlo, que le dejen sentarse en el sillón G de la Real Academia Española, por ejemplo. Qué cargante, pedante y todo lo que acaba en ante es hablando. En verdad os digo: ¿es eso necesario?. En el disquete, lleno de fotos que resaltan sus hechuras de portero de discoteca (que lo era) canta con un tipo que...no sé qué tendrá en la boca. Alguna malformación en el paladar. Quizá. ¡Ah, coño, si es francés!El tal Johnny Hallyday. Los dos al alimón en un tema que recupera aquella sentencia de Heráclito: todo fluye: "Nada pegmanese, todo se desvanese. Sé que no puedo queghame tuanta ete guangáñame" ,"siempge cuegstión de tiempo. Llegag al pgesipisio". Otra: "A la chira lida que peyeva, para mí la vida que me queda...". Obvio, querido Johnny. U obbvvvio, pronunciaría César Vidal.